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Categoría: Otras noticias
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Cada día son más los jóvenes que presentan problemas auditivos característicos de las personas mayores.

Se les conoce ya como “sordos digitales”, son víctimas de los nuevos dispositivos tecnológicos que reproducen música y los auriculares que los acompañan.Imagen relacionada

Claves para evitar el problema

  Alguna vez se dijo que si estrellas de la música como Phil Collins o Sting hubiesen tomado conciencia de los riesgos de exponer sus oídos al volumen intenso en los ensayos y recitales, no tendrían ahora que convivir con una disminución auditiva de hasta el 60%. Sin llegar a la cima de ese talento musical ni mucho menos, no son pocos los expertos que advierten que, debido a la contaminación sonora en recitales y altos volúmenes en la escucha de auriculares, idéntico futuro les depara a las nuevas generaciones que consumen música a fuerza de decibeles salvajes. ¿Tan oscuro -o, mejor dicho, poco audible- será el mañana para los chicos de hoy?

Mientras los adultos mayores tienen cada día más posibilidades de recuperar la audición debido al desarrollo y a la posibilidad de acceder a los implantes cocleares; los altos decibles en que se mueven las nuevas generaciones conspiran contra su audición en el día mañana, algo por lo cual se asegura que el diagnósticos precoz en la infancia puede prevenir la sordera.

“La exposición a la música de alta intensidad es actualmente la principal causa de los problemas de audición adquiridos”, asegura el otorrino, docente e investigador Vicente Diamante, que señala:

“hoy estamos asistiendo a una generación de jóvenes sordos por el ruido”.

La hipoacusia se puede producir fundamentalmente por causas genéticas accidentes o ambientales y que mientras antes había una hipoacusia profesional, de gente que trabajaba expuesta al ruido, hoy son muchos los jóvenes que ahora tienen pérdida auditiva por el exceso de escuchar la música alta durante mucho tiempo

En la actualidad hay un crecimiento de gente que tienen dificultades auditivas, estamos viendo actualmente jóvenes con oído de personas mayores por la exposición al trauma acústico.

No hace tanto, Apple tuvo que encontrar la forma de poner límites a los niveles de volumen de su iPod, y todo fue por una razón: cada vez más jóvenes están perdiendo sus capacidades de audición por el uso de reproductores de música. Entre ellos, el iPod es uno de los más potentes. Por eso Apple en su momento puso on line una actualización gratuita que permitía poner un máximo en el volumen. Sucede que estas tecnologías son capaces de alcanzar los 115 decibelios, (el equivalente al ruido de un concierto en vivo) un nivel peligroso para la salud del oído interno. El riesgo es escuchar menos o, en muchos casos, adquirir a cambio un zumbido que no abandona ni a sol ni a sombra. Aún hoy, la mayoría de los dispositivos tecnológicos -como cualquier smartphone, por caso- lanza una advertencia sobre el uso del volumen ni bien se conectan los auriculares.

UN MAL TRAE OTRO MAL

La pérdida auditiva que sufren muchos chicos en la actualidad, aseguran quienes estudian este problema, tiene consecuencias directas que hoy día pueden verse en varias aulas. Se asegura que un alto porcentaje de los niños que padecen deficiencias auditivas terminan con dificultades para el desempeño escolar.

“La falta de detección oportuna de problemas de audición puede tener gravísimas consecuencias que en algunos casos pueden llegar a ser irreparables, a veces las disminuciones auditivas pasan desapercibidas durante mucho tiempo, particularmente en los niños”.

La adquisición del lenguaje y el habla está indisolublemente ligada a la audición. La etapa que va desde el nacimiento a los tres años de vida es un período crítico en que el estímulo auditivo contribuye a la estructuración y diferenciación de la corteza auditiva, por lo que la privación o disminución de este estímulo durante esta etapa implica la ausencia de lenguaje o alteraciones significativas en su desarrollo”.

El vínculo entre lenguaje y audición hace que sea tan importante detectar tempranamente estos trastornos, razón por la que en nuestro país se ha implementado el Programa Nacional de Detección Temprana y Atención de la Hipoacusia, potenciales evocados auditivos y audiometría tonal”.

“Es imprescindible generalizar y sistematizar el examen auditivo previo al inicio del ciclo escolar. Este examen puede realizarse a través de estudios simples, que algunos establecimientos educativos ya lo requieren como condición antes de la admisión en la escuela.

Ya en el aula, los foniatras sugieren tener en cuenta indicios tales como movimientos particulares del alumno que indican que no puede localizar de dónde viene el sonido, o cuando no cumple con las consignas que se le dan, o pregunta sobre estas consignas porque no llegó a comprenderlas, entre otros signos. “Tanto en la etapa preescolar como posteriormente en la etapa de adquisición de la lectura y escritura, la salud auditiva será crucial no sólo para todos los aprendizajes sino también y fundamentalmente, para la integración y socialización del niño”.Imagen relacionada

UN MAL QUE SE PUEDE PREVENIR

El 60% de los casos de sordera, un defecto que sufre el 5% de la población mundial y específicamente 32 millones de niños en el mundo, se pueden prevenir, aseguró hace poco la Organización Mundial de la Salud (OMS).

“La pérdida de audición en niños se puede prevenir con una detección temprana, la inmunización y a través de buenos programas de salud para madres y niños”, señaló la especialista de la OMS en discapacidades y rehabilitación Alarcos Cieza.

Del 60% de casos evitables, el 31% se debe a enfermedades como el sarampión, paperas, rubeola o meningitis. Otro 17% corresponde a complicaciones durante el parto, incluyendo bebés prematuros, con un peso bajo o con ictericia (afecciones hepáticas). Según la OMS, un 4% de casos está relacionado con el uso en mujeres embarazadas y recién nacidos de medicamentos que tienen efectos perniciosos para la audición del infante, mientras que un 8% se debe a malformaciones no congénitas. “Es cierto que el 40 % restante es irreversible (por causas genéticas), pero una detección y una intervención temprana son esenciales para mejorar el desarrollo personal y social del menor”, explicó Cieza.

Actualmente, 360 millones de personas sufren algún tipo de sordera en el mundo. De entre ellos, 32 millones son niños, más de 75% viven en países con un estado de desarrollo alto. “Esto es una muestra clara de que con las medidas adecuadas los problemas auditivos se pueden prevenir”.

¿Estoy perdiendo audición?

Algunas señales de advertencia de pérdida de audición son percibidas como:

Zumbidos, pitidos u otros ruidos inexistentes en el entorno (acúfenos).

Dificultad para escuchar sonidos agudos, como el timbre, el teléfono o el despertador.

 No entender bien el habla -sobre todo telefónica-

Dificultad para seguir conversaciones en ambientes ruidosos, como restaurantes o reuniones sociales.

 En esos casos hay que consultar a un especialista de inmediato.