La higiene nos lleva a extremar la limpieza de todo nuestro cuerpo; sinembargo, hay zonas muy delicadas que deben de  recibir el trato adecuado, ya que de no ser asi pueden causar problemas, cuyas consecuencias pueden ser muy graves. 
 
Tal es el caso de la limpieza de los oídos, los cuales generalmente son maltratados. mucha gente ignora  que nuestro oido, puede estar en peligro cada vez que intentamos rascarnos introduciendo un lápiz o una llave, o al momento que nos limpiamos después de la ducha empleando un bastoncillo (cotonete).
 
Para entender dónde puede estar el riesgo, es importante saber que el conducto auditivo tiene forma parecida a la de un embudo, en la parte más estrecha se dirige hacia la llamada membrana timpánica.
 
La piel del conducto auditivo tiene unas glándulas especiales que fabrican cera (cerumen), que tiene la función de atrapar las partículas de polvo en el aire, de manera que evitan  que estas particulas lleguen hasta el tímpano. Tenemos que saber que este último es el responsable de recibir las ondas que genera cualquier sonido y transformarlas en señales que van directamente al cerebro, el cual las descifra y registra en la memoria.
 
Volviendo a la formación de cerumen, después de un tiempo ésta cera se acumula pudiendo formar un tapón y puede causar que no se escuche bien, pero lo peor es tratar de retirarla utilizando objetos como bastoncillos, pasadores, clips, llaves o la esquina enroscada de una servilleta
 
Tratar de hacerlo de esta manera provoca que el tapón de cera en el oído sea empujado aun más adentro, lo que dificultará su salida; además, es muy posible que se perfore  el tímpano, y con ello dejarlo expuesto a una posible infección de graves consecuencias y a la perdida parcial de audición.
 
Vale la pena tomar en cuenta que el cerumen cumple con la función que se ha indicado, por lo que no debe intentar retirarlo todos los días, y lo mejor es dejar pasar 2 ó 3 semanas entre cada limpieza. En la mayoría de las personas los oídos se limpian solos, produciéndose una salida lenta y ordenada desde el tímpano hacia el exterior. 
 
La cera vieja es constantemente transportada hasta el meato auditivo (entrada del oído), donde usualmente se seca y cae.
 
Pese a ello te diremos cómo limpiar los oídos en forma segura: lo primero es ablandar el tapón de cera, con unas gotas de glicerina o aceite para bebé, aplicadas con un gotero, en una acción que se puede llevar a cabo dos veces al día durante 4 ó 5 días. 
 
Al paso de este tiempo la cera se habrá reblandecido, por lo que se procede a recostar la cabeza en una almohada y verter en el conducto auditivo agua oxigenada previamente calentada a temperatura corporal (37°C); este paso debe hacerse con una jeringuilla de 3 milímetros, la cual debe vaciarse muy despacio (las burbujas de oxígeno aflojarán la cera del oído).
 
El líquido debe permanecer 1 a 2 minutos dentro del oído, manteniendo la cabeza inclinada, para después incorporarla a su posición normal, de manera que fluya el agua templada, la cual trae consigo la cera reblandecida que se absorbe con algodón. Este paso puede repetirse 3 ó 4 veces, hasta que se considere que el oído está limpio y se escucha mejor.
 
Lo mejor es acudir a un especialista y que sea este el que nos limpie con seguridad nuestro oido.
 
Es de suma importancia tener en cuenta que la operación anterior solo debe llevarse a cabo estando seguro de que no se padeceperforación en la membrana timpática, pues de ocurrir esto el riesgo de que se contraiga una infección, por el líquido que se incorpora, es alto. 
 
Para cerciorarse del buen estado del órgano hay que acudir al otorrinolaringólogo, especialista médico que atiende este tipo de problemas y quien sería el indicado para extraer el tapón de cerumen si el procedimiento anterior fracasara o se reconociera una lesión. No dudes por ningún motivo visitar al facultativo si la sensación de lleno persiste después de haber limpiado los oídos o si sientes mareos o dolor, pues podría ser un objeto extraño en el oído el causante del problema.
 
 
Recuerda que el mejor de los cuidados es evitar la acumulación excesiva de cerumen y sus consecuencias, para ello toma en cuenta: 
 
Limpiar suavemente el conducto auditivo externo (oreja), 2 ó 3 veces por semana. 
 
No usar bastoncitos ni cualquier otro objeto que no sea aceite y agua. 
 
Visitar al otorrinolaringólogo al menos una vez al año.

 

Fuente: www.saludymedicinas.com.mx