La mayoría de los médicos especialistas recomiendan hacer una Audiometría a los 50 años, y a partir de esa edad hacer un seguimiento según las necesidades y resultados de cada persona.

Un informe audiológico señala que en España el 20 % de las personas mayores de 55 años padece deficiencia auditiva, aumentando el porcentaje según se va cumpliendo años.Imagen relacionada

En España existen más de 1.000.000 de personas, mayores de seis años, que tienen algún tipo de pérdida auditiva, lo cual representa el 8% de la población.

En muchas de estas personas la pérdida de la audición está muy relacionada con el proceso de envejecimiento, además de la continua exposición con el tiempo a ruidos excesivos.

En algunos casos, la genética también puede influir y mucho, como también otros factores otros factores, si bien en algunos casos está pérdida auditiva se puede considerar temporal, pero pueden impedir que los oídos transmitan los sonidos tan bien como deberían y contribuyan a los problemas con la auditiva.

Si bien algunos tipos de Pérdida Auditiva son temporales, la mayoría de estos tipos de pérdida auditiva son permanentes, pero eso no significa que haya que aceptar que uno ya no puede escuchar. Existen alternativas eficaces para controlar la pérdida y ayudar a mejorar la audición, además de facilitar la interacción con las personas.

 

Con fin de descubrir tanto la extensión como la causa de la pérdida auditiva, es necesario realizar una evaluación completa de la audición. Para ello, el médico especialista ha de realizar primero un examen físico de los oídos para ver si algunos factores, como el cerumen, la inflamación o los problemas con la anatomía de los oídos, ya que estos pueden ser los causantes de la pérdida de la audición.

También realizara algunas preguntas acerca del historial médico, de si en la familia también existen antecedentes con pérdida Auditiva y de cualquier otra dificultad en la comunicación. Luego, si las cosas apuntan hacia una posible  pérdida de la audición, el profesional probablemente recomiende llevar a cabo una evaluación más minuciosa con un  audiólogo.

Para ello, la persona se sienta en una sala insonorizada y se coloca unos audífonos para escuchar sonidos dirigidos hacia un solo oído a la vez. Durante esta evaluación, se presenta una  gama de sonidos en varios tonos y se indica a la persona que indique cada vez que escuche o deje de escuchar un tono.

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Todos los tonos se repiten a niveles más bajos para descubrir cuál es el más bajo que la persona es capaz de escuchar. Las respuestas se registran en un gráfico, conocido como  audiograma.

Si en el estudio de su audición revelase una pérdida Auditiva significativa, el audiólogo posiblemente le comunique las alternativas más interesantes a su situación, así como respecto a cualquier otro seguimiento necesario.

 Existe una variedad de audífonos que aumentan el volumen de los sonidos para que la persona pueda escuchar sin dificultad y entender todo aquellos sonidos que le rodean y pueda seguir una conversación sin dificultad.


En los casos de pérdida auditiva grave o profunda, la alternativa puede ser el implante coclear, siempre y cuando sea médicamente posible. A diferencia de los audífonos que amplifican el sonido, el Implante traduce los sonidos en impulsos eléctricos, que manda a la cóclea donde son recogidos por el nervio auditivo y trasportados hasta el cerebro quien se encarga de interprétalos, haciéndonos escuchar de nuevo.