Continuamos relatando párrafos sueltos de SOS MI HIJA ES SORDA escrito por Loles, esta madre que tanto sufrió y que quito muchas horas de sueño y trabajo cuando le dieron el diagnostico de que su hija tenia Hipoacusia profunda.
El diagnostico
"Eran las doce de la mañana, aproximadamente, de un miércoles del mes de octubre de 2010, cuando la doctora Úbeda entró a su consulta con un sobre cerrado. Allí estábamos Aitana, Javier y yo, esperando a la doctora y tratando de que Aitana no le destrozara la consulta. Una niña de quince meses encerrada entre cuatro paredes, no puede resistirse a toquitear, a trepar, a enfadarse por querer salir de allí.
–Con los resultados de los Potenciales Evocados Auditivos se confirma que vuestra hija padece de una hipoacusia neurosensorial severo-profunda bilateral. Mi marido y yo la miramos como pidiendo que, por favor, nos tradujera esos “palabros” que no lográbamos entender, pero que nos sonaban a que algo no iba bien.
La doctora muy amablemente comenzó a decir:
–Vuestra hija padece una sordera profunda en ambos oídos. La hipoacusia es irreversible, no tiene cura, no hay ningún medicamento o tratamiento que haga que vuestra hija vuelva a escuchar por sí misma. Será sorda profunda toda su
vida. Ahora bien, existen hoy en día avances técnicos que en determinados casos de hipoacusia pueden ayudar a algunas personas a escuchar.
–Vuestra hija tiene un umbral de 110 decibelios en un oído y de 120 en el otro, es decir, sonidos por debajo de esos decibelios no los aprecia. Para que os hagáis una idea, una mascletà de las Fallas de Valencia puede llegar a alcanzar unos 120-130 decibelios.
Mis oídos de repente se quedaron igual o más sordos que los de mi hija.
No daba crédito a lo que acababa de escuchar.
Recuerdo que no hacía más que mirar a Aitana, que estaba sentada encima de Javier, y sentía pena, mucha pena por ella, una pena tan dolorosa que me impedía controlar mis lloros.
Lloré mucho, a ratos en silencio y a ratos como un niño sin consuelo.
–Es normal que llore, déjala desahogarse, hay que asimilar e ir digiriendo esta noticia poco a poco. Que llore todo lo que tenga que llorar, pero tratad de que vuestra hija no vea en vuestra actitud nada diferente, que no vea lloros ni caras tristes en casa, porque su única vía de comunicación con vosotros es la visual. Ella no entenderá qué pasa, sólo sentirá tristeza si os ve decaer.
Entonces comenzó a hacerme una serie de preguntas acerca de mi embarazo.
Preguntas del tipo:
– ¿El embarazo llegó a cuarenta semanas?
–Sí –respondí.
– ¿Fue parto natural?
–Sí, natural y todo muy rápido sin ninguna complicación.
– ¿Durante el embarazo te cuidaste: alimentación, estrés, tomaste medicamentos…?
–Pues, yo creo que sí, trabajaba mucho, eso sí, pero siempre he cuidado la alimentación, dejé de fumar durante el embarazo.
El duelo
El duelo es un camino por donde tenemos que transitar tras una mala noticia, y en este camino nos encontramos con una serie de etapas o tramos.
Se trata de una aproximación a lo que ocurre, con retrocesos y avances a lo largo del proceso.
Los profesionales dicen que, en esta etapa, buscas un estado como de protección que te sirve para dar tiempo y asumir la información recibida y puede durar horas o incluso algunos días.
En el caso de Javier, este estado duró horas porque recuerdo que esa misma noche, o la mañana siguiente, ya le había cambiado la expresión de la cara y su mente pensaba de una manera clara y ordenada, cosa que ayudó mucho en este proceso.
Para mí esos días fue como vivir en una burbuja, aislada del mundo, sin motivaciones para nada, sin energía. Sentía mucha pena por mi hija, estaba constantemente compadeciéndome de ella, la expresión “pobrecita” me seguía constantemente. A la vez, sentía culpa de no haberme dado cuenta antes de lo que le ocurría, y eso me hacía pensar que era una mala madre.
Vivía en un estado constante de tristeza, dolor, pena, bloqueo mental, físico…
Tenemos dos opciones, expuso Javier: quedarnos lamentándonos buscando una explicación, un porqué, buscar la causa que le había producido la sordera a nuestra hija; o empezar a buscar la solución. Me sentía como en estado vegetativo.
–Loles, tú eliges –me dijo Javier–. Pero si decides quedarte en el mismo sitio para volver atrás a buscar una causa recorrerás ese camino tú sola, porque yo he decidido, y tengo muy claro, que voy a buscar soluciones. Las causas no me importan, esto es irreversible, lo más importante es saber cuál o cuáles son las posibles soluciones. Es lo mejor que podemos dar a nuestra hija."
Durante este tiempo LOLES pasó por distintas fases.
NEGACION.
ENFADO.
NEGOCIACIÓN.
DOLOR EMOCIONAL.
La próxima semana seguiremos relatando algunos párrafos de este hermoso relato de S.O.S MI HIJA ES SORDA. Escrito por Loles Sancho