La movilidad afecta a todas las esferas de nuestra existencia. Nos desplazamos continuamente para ir al trabajo, para comprar o para quedar con nuestros amigos, así que poder movernos es muy importante en nuestro día a día.
No disponer de transporte accesible es un grave problema para las personas con movilidad reducida ya que les impide vivir su vida con libertad e independencia y por eso es tan relevante que ellas puedan acceder a transportes accesibles de calidad.
Transporte público y transporte privado
La accesibilidad en el transporte es un concepto amplio que hace referencia tanto a las instalaciones e infraestructuras que permiten a las personas con movilidad reducida
el uso y disfrute de medios de transporte públicos y privados, en idénticas condiciones de seguridad y comodidad que el resto de viajeros, como a los propios medios de transporte.
Una ciudad accesible deberá
aportar garantías de que además de tener unas líneas de transporte accesibles (autobuses, metros, tranvías, etc.) también posee estaciones, terminales y paradas adaptadas para viajeros con movilidad reducida. Esto si hablamos de transporte público.
En el caso de transporte privado, que supone
aproximadamente el 50% de los desplazamientos de las personas con movilidad reducida, serán las compañías las que aporten esas garantías de accesibilidad o los propios usuarios si hablamos de vehículos adaptados en los que viajan personas con movilidad reducida como conductores o como pasajeros.
Tanto si hablamos de transporte público como si hablamos de transporte privado, existen una serie de normas que hay que cumplir. En muchas ocasiones se trata de exigencias lógicas vinculadas a la comodidad, seguridad y eficacia en el transporte.
Si por ejemplo hablamos de viajeros con movilidad reducida que necesitan una silla de ruedas, ésta debe ir anclada al chasis del vehículo y el pasajero debe ir sujeto con un cinturón de seguridad de al menos tres puntos de anclaje (de tal forma que pueda sujetar el pecho en bandolera y la pelvis) y llevar respaldo con reposacabezas. La posición de la silla de ruedas será preferentemente de espaldas al sentido de la marcha evitando siempre la transversalidad.
En el caso de las infraestructuras, éstas deben permitir que todo viajero pueda entrar, salir, subir o bajar en condiciones óptimas y la informacón proporcionada respecto al uso de ascensores y plataformas ha de ser clara, comprensible y fácil de utilizar por cualquier usuario.
Por último, los diferentes medios de transporte han de tener plazas reservadas especialmente para personas con movilidad reducida, plazas con sistemas de anclaje al suelo para sillas de ruedas y sistemas de entrada y salida (plataformas elevadoras, rampas etc.) totalmente accesibles.
A nivel legislativo, la regulación sobre la accesibilidad al transporte de las personas con discapacidad y movilidad reducida se halla recogida en el 12:43 Real Decreto 1544/2007 de 23 de noviembre. En él se hace referencia al acceso y utilización de los modos de transporte para personas con discapacidad en transporte ferroviario, marítimo, aéreo y por carretera así como todo lo referente a transporte urbano y suburbano en autobús, ferrocarril metropolitano, taxis adaptados o servicios de transporte especial.
En todo caso las comunidades autónomas regulan aspectos técnicos y funcionales en el transporte accesible y las compañías de transporte también publican información al respecto. En este enlace puedes encontrar algunos de estos documentos interesantes.
Movilidad reducida y transporte: otros aspectos a tener en cuenta
Gran parte de los transportes para personas con movilidad reducida se realizan desde medios privados. Por eso es muy importante conocer cuáles son los criterios para adaptar un vehículo.
A la hora de adquirir un vehículo una persona con movilidad reducida ha de tener en cuenta que va a conducirlo pero también va a ser su medio de transporte, por lo que debe comprobar si es posible llevar a cabo las modificaciones necesarias para su caso concreto.
También debe tener en cuenta que las administraciones autonómicas y locales pueden conceder ayudas económicas tanto para la compra de un vehículo ya adaptado como para su modificación, y que Hacienda aplica un 4% en el IVA para la factura en ambos casos (compra o modificación).
Sin embargo, no todos los talleres realizan este tipo de modificaciones. El portal Discapnet dispone de un listado dónde podrás encontrar talleres en los que a los que llevar tu vehículo para adaptarlo o repararlo que puede serte de gran utilidad. En esta misma web también encontrarás información sobre autoescuelas con coches adaptados en las que se pueden realizar prácticas de conducción con vehículos especiales, sin duda algo fundamental para las personas con movilidad reducida que quieren obtener un permiso de conducir.
La tarjeta de aparcamiento para personas con discapacidad y la Tarjeta Europea de Estacionamiento son otras de las ventajas de las que pueden beneficiarse las personas con movilidad reducida.
Disponer de un vehículo propio adaptado a las necesidades concretas y poder utilizar servicios públicos adaptados (taxis, autobuses, aviones, trenes, etc.) es un derecho que no siempre se puede ejercer. Conseguirlo es un trabajo conjunto en el que deben involucrarse ciudadanos, instituciones y empresas y que nos permitirá convertirnos en una sociedad realmente accesible para todos.
Una publicación de Sunrise Medical