El oído es uno de los sentidos más apreciados por los humanos, nos permite comunicarnos, escuchar música y los sonidos de la naturaleza, pero este sentido es muy delicado y lo vamos perdiendo desde el momento en que nacemos, de allí que todo descubrimiento sea de capital importancia para intentar frenar este deterioro que afecta a tantas personas en el mundo.
La estereocilina es una proteína esencial para la audición, pero no fue descubierta hasta hace unos pocos años y las investigaciones apuntan a que dicha proteína nos permitiría distinguir los sonidos relevantes.
La estereocilina está ubicada en una estructura vellosa dentro del oído y nos permite distinguir entre todo el continuo sonoro de nuestro alrededor, los sonidos que nos son relevantes, de los que conforman el ruido ambiente.
Funciones de la esterocilina, proteína para la audición
Vamos a explicar un poco cómo funciona el oído para ubicarnos en la función que cumple la estereocilina. El sector encargado de capturar, amplificar y filtrar los sonidos, es la cóclea, que luego los transmite al cerebro, donde son decodificados.
Nuestro oído selecciona los sonidos que nos son pertinentes, empleando un efecto de enmascaramiento, con el cual puede ocultar de alguna forma los sonidos que no nos interesan y concentrarse en los que sí nos interesan.
Este enmascaramiento es posible por las distorsiones que la cóclea realiza y que nos permiten centrarnos en cierto rango de tonos, desechando los otros.
Sería algo similar a lo que hacemos al fijar la vista en un punto específico, que lo que está fuera del mismo, queda borroso.
Nuestro oído selecciona los sonidos que nos son pertinentes, empleando un efecto de enmascaramiento, con el cual puede ocultar de alguna forma los sonidos que no nos interesan y concentrarse en los que sí nos interesan.
Este enmascaramiento es posible por las distorsiones que la cóclea realiza y que nos permiten centrarnos en cierto rango de tonos, desechando los otros.
Sería algo similar a lo que hacemos al fijar la vista en un punto específico, que lo que está fuera del mismo, queda borroso.
Dichas distorsiones se pueden captar con un micrófono pequeño y se escuchan en el conducto auditivo. Este es el sistema que los médicos utilizan para medir la audición de los recién nacidos.
¿Cómo trabaja la cóclea, entonces?
Posee dos tipos de células receptoras sensoriales: las células ciliadas externas y las células ciliadas internas. Las células ciliadas externas se encargan de amplificar y afinar el sonido. Las células ciliadas internas, se ocupan por su parte, de transmitir la información al cerebro.
Las células ciliadas externas poseen microvellosidades que se mueven al recibir las ondas sonoras, son los estereocilios.
Las células ciliadas externas poseen microvellosidades que se mueven al recibir las ondas sonoras, son los estereocilios.
Dichas oscilaciones desencadenan una serie de reacciones que provocan un impulso nervioso que participa en las distorsiones antes mencionadas.
Dichos estereocilios se distribuyen en tres filas con altura creciente, unidos en las puntas por enlaces y conectores. Asociada con uno de estos conectores que funciona como si fuese una cremallera uniendo las puntas de los estereocilios de la misma fila y de las filas adyacentes, esta proteína es la estereocilina.
En los estudios de laboratorio con ratones, se observó que los que no producían estereocilina, carecían de los conectores de los estereocilios, lo cual hacía que el efecto de enmascaramiento se viese muy reducido, por lo que los ratones quedaban paulatinamente sordos.
No presentaban distorsiones de las ondas acústicas o eléctricas, pero sí podían amplificar y filtrar los sonidos normalmente.
Paralelamente se comprobó que en las formas recesivas de sordera humana, la estereocilina estaba en déficit.
Dichos estereocilios se distribuyen en tres filas con altura creciente, unidos en las puntas por enlaces y conectores. Asociada con uno de estos conectores que funciona como si fuese una cremallera uniendo las puntas de los estereocilios de la misma fila y de las filas adyacentes, esta proteína es la estereocilina.
En los estudios de laboratorio con ratones, se observó que los que no producían estereocilina, carecían de los conectores de los estereocilios, lo cual hacía que el efecto de enmascaramiento se viese muy reducido, por lo que los ratones quedaban paulatinamente sordos.
No presentaban distorsiones de las ondas acústicas o eléctricas, pero sí podían amplificar y filtrar los sonidos normalmente.
Paralelamente se comprobó que en las formas recesivas de sordera humana, la estereocilina estaba en déficit.
Fuente: el oido.com, imagen de pixabay